Los sacerdotes se encargaban del calendario instituyendo los días fastos, que equivaldrían a nuestros laborables, frente a los días llamados nefastos, exclusivamente dedicados a los dioses y a la actividad religiosa. Los días nefastos no tenían una connotación negativa entre los romanos, pero sí los llamados dies arti, días negros, en los que no se realizaba actividad alguna, debido al recuerdo de un hecho terrible, una derrota militar o por ser de culto a los muertos. El culto a las divinidades constaba de una ritual escrito, en el que no faltaban las oraciones, los votos ni sacrificios. Éstos tenían lugar fuera del templo, en un altar a donde era conducido el animal que se iba a sacrificar. Dependiendo de la divinidad se escogía el tipo de animal, el tamaño, el pelaje y el sexo. El sacrificio recibía diferentes nombres: Holocausto, Hecatombe, Suovetaurilia.
martes, 21 de mayo de 2013
El calendario romano.
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